Los investigadores subrayaron que el carbón se había tratado anteriormente simplemente como un contaminante atmosférico más, pero resultó que su contribución a la mortalidad se había subestimado gravemente.
Como señalaron los expertos, sus conclusiones podrían ayudar a legisladores y reguladores a identificar soluciones rentables para limpiar el aire del país, como exigir controles de emisiones o fomentar el uso de otras fuentes de energía, en particular las renovables.